miércoles, 26 de septiembre de 2012

Los niños mexicanos sueñan con golosinas de "bombas" y "elotes" con "sabor a fuego"

 
Los niños mexicanos sueñan con golosinas de "bombas" y "elotes" con "sabor a fuego"
Archivo EFE.
Los niños mexicanos sueñan con "bombas", "elotes", "rancheritos", "rockaletas", "bubbaloos tri mix", "pelones" y "takis".
También evocan los "pico pico", los "rellerindos", los "pica fresa", los "pulparindo" y los "pellizcos".
No son nombres que susciten pesadillas. Se trata de golosinas, todas llevan chile y no hace falta decir que pican, algunas a rabiar.
Los fabricantes no se reprimen a la hora de reclamar la atención en los envoltorios: "fuego", "sabor a fuego", "grandes bombas de fuego", "sazonador a la diabla", "totopos de maíz nixtamalizado con chile y especias", "sabor a la diabla" y "limón ardiente".
Los mexicanos son grandes consumidores de chile, uno de los pimientos más picantes del mundo, y tal parece que ese condimento comienza a formar parte de la dieta desde tempranas edades. Lo demuestra la oferta de golosinas con chile a la venta. Y sal yodada.
No hace falta mencionar en cada golosina que incluye chile: todas las que se detallan a continuación lo llevan en distintos porcentajes. Las bolsas no precisan si se trata de chile habanero, el más picante que se cultiva en México.
Tomemos el "Bubbaloo", que es una paleta de caramelo con líquido en el centro con sabor a chile, al que se acompaña "chile extremo" en polvo para añadir al dulce a voluntad y elevar el picor hasta donde se pueda soportar.
Son muy populares los "Rancheritos", que son tortillas fritas de maíz espolvoreadas con chile, jugo de limón y especias varias, y las "rockaletas", una paleta de caramelo de sabor a mango con cuatro capas que se van consumiendo hasta llegar al centro, donde espera el famoso pimiento.
Y si se quiere algo más fuerte están los "takis fuego" con sabor a chile y limón. Pero se avisa en estas tortillas de maíz enrolladas que no es limón normal, es "limón ardiente".
Los "escuincles", como se denomina popularmente a los "peques", son también muy aficionados a unas tiras de goma parecidos a los espaguetis que se mojan en una salsita con chile.
Están las patatas crujientes "sabor a la diabla" y las paletas "Bomba" con sabor a sandía con chile, cuyo logotipo es una bomba con la mecha encendida y los "diablitos", paletas de fruta salada.
A los niños también les tientan los "churritos", frituras de harina que se acompañan de sal, limón y chile en salsa y los "elotes", una piruleta con forma de maíz ("olote" es maíz en la lengua indígena náhuatl) con un intenso y amenazador color rojo.
Luego están los terminados en "indo" por la fruta del tamarindo, como los "pulparindo", los "rellerindo" y también los "pellizcos" hechos con esta fruta tropical coloreados de un rojo intenso (¿hace falta decir que se debe al chile?), denominados así porque se van comiendo a trocitos.
Los frutos del tamarindo, de color marrón, se utilizan como condimento en la cocina mexicana y asiática. Su pulpa es de sabor agridulce.
Una larga relación de "gusgueras" (golosinas y aperitivos) cuya popularidad entre los niños preocupa a las autoridades de salud de México, que está considerado el país con los mayores niveles de obesidad infantil en el mundo. EFE

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